Asi que marchamos por caminos hasta el embalse de Puentes.



Mientras haciamos una parada Jorge disfrutaba de la recien entrada primavera.

En esta orilla el pantano tenia un buen nivel de agua.

Ya tocando pistas de sierra, nos deleitabamos con las impresionantes vistas.



Empezo a llover y los caminos a complicarse, asi que almorzamos en Topares. Y de ahí nos volvimos a casa sin llegar al destino previsto habiendo disfrutado de una buena salida y con una compañia de lujo, sin incedentes salvo el de Carnacas, que se le fue la moto en una rodera y la estrenó, sin consecuencias fisicas.

Hasta otra amigos.
